La enfermería es una profesión constituida, a lo largo de toda su historia,
mayoritariamente por mujeres. Este hecho ha producido una relación directa entre
género y enfermería, reforzando la relación previamente existente de género y cuidado,
ya que las enfermeras basan su labor en el cuidado. La profesión enfermera es muy cercana, al basarse en el cuidado, necesita serlo. Sin
embargo, algunas personas aprovechan esa cercanía para sobrepasar los límites y
provocar que las trabajadoras se sientan incómodas con sus comentarios, gestos e
incluso acciones
Robert Stoller, estudiando los trastornos de la identidad sexual, señaló que “la influencia
de las asignaciones socioculturales y la experiencia personal relacionada con ritos y
costumbres sociales constituían factores que determinaban la identidad y el
comportamiento femenino o masculino y no el sexo biológico”. Fue entonces cuando
surgió el concepto de género para destacar que no era el sexo biológico el que determinaba la identidad de género propia de un individuo, sino las experiencias, ritos y
costumbres vividas desde el nacimiento.
Sin embargo, el concepto del cuidado también ha ido ligado al proceso de salud-enfermedad con el fin de acompañar durante ese proceso. Collière establecía 4 tipos de
cuidados en su libro “Promover la vida, de la práctica de las mujeres cuidadoras a los
cuidados de enfermería” (1993), que son: doméstica, vocacional, técnica y profesional
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